Ya que la Perla de Shikon (Shikon no Tama o la Perla de Cuatro Almas) era lo suficientemente poderosa para convertir a Inuyasha en un yōkai completo y Kikyō era la protectora de la perla, Inuyasha fue motivado a seguir a Kikyō. Sin embargo, los dos se enamoraron, y con el tiempo, Kikyō le dijo a Inuyasha que la perla podía convertirlo en humano en lugar de un yōkai y así la perla se purificaría y se destruiría, y de ese modo, Kikyō quedaría libre de su responsabilidad de proteger la perla y se convertiría en una mujer ordinaria y los dos podrían estar juntos. Un humano, llamado Onigumo, planeaba robar la perla para sí mismo.
Él era un bandido quien estaba obsesionado con Kikyō y se puso celoso de que ella se enamorara de Inuyasha.
Incapaz de tomar cualquier otra acción, Onigumo le dio su cuerpo a una horda de demonios por poder. Su unión es Naraku. Naraku primero se difrazó de Inuyasha, y después de Kikyō para engañarlos haciéndoles creer que se traicionaron mutuamente. Enfurecido por la "traición" de Kikyō, Inuyasha atacó la aldea de Kikyō y robó la Perla de Shikon. Para defender la aldea y evitar que él escapara con la perla, Kikyō le disparó a Inuyasha con una flecha sagrada clavándolo en el Goshinboku. Momentos después, Kikyō colapsó por una herida que ella recibió de Naraku y le dio sus últimas instrucciones a Kaede, su hermana menor, para quemar la perla con su cuerpo para llevarla al otro mundo con ella.
Cientos de años después en pleno siglo 20, Kagome Higurashi, una estudiante de secundaria junior, inconscientemente cuidaba la Perla de Shikon en el lado izquierdo de su torso. Kagome es la reencarnación de Kikyō. Una mujer-ciempiés llamada La Señora de los Ciempiés atacó a Kagome y la arrastró al Pozo Depositador de Huesos el cual la transportó devuelta en el tiempo de la historia. Ella llega cincuenta años después de que Kikyō sellara a Inuyasha en el Goshinboku. Para derrotar a la mujer-ciempiés, Kagome libera a Inuyasha. Inuyasha primero piensa cómo él matará a la mujer-ciempiés, para entonces hacerle lo mismo a Kagome para obtener la perla. Después de que Inuyasha mata a la Señora de los Ciempiés, él intenta robar la perla pero termina con el Collar de Dominación alrededor de su cuello. Cuando Kagome dice "Siéntate" (お座り, osuwari, abajo) el collar se hunde en el suelo llevando a Inuyasha con él.
Inuyasha se vuelve más civilizado como el tiempo progresa, perdiendo algunas de sus características más infantiles y volviéndose mucho más maduro. Él siempre intenta tomar la ruta más directa posible en solución de cualquier problema, la cual usualmente involucra violencia. Él mantiene una actitud crasa y ruda hacia todos excepto con Kagome y Kikyō, y poco a poco para con el resto de sus acompañantes, excepto Shippo. Una de las características del personaje de Inuyasha - la cual es desapuntada por otros personajes - es su tendencia a permitir que su ira nuble su sentido del juicio y causa que actúe precipitadamente, nosotros vemos como él cambia con el tiempo, así como se comienza a preocupar por Kagome, llegando a tener una actitud protectora e incluso posesiva con ella, sin mencionar que Inuyasha es capaz de dar su propia vida por Kagome si es necesario.
Inuyasha habla con un Japonés muy áspero. Él nunca usa honoríficos y cuando habla con personas que a él no le agradan, él usa "Temee" y "Kisama(貴様 (kisama?))", los cuales se traducen como "Bastardo". Él, sin embargo, se defiende con el criterio Omae (お前?))". Él usa el áspero pronombre masculino "Ore(俺 (ore?))", el cual se adapta a su personalidad y fuerza. Él tampoco muestra respeto hacia sus mayores, normalmente llamándolos "-baba" o "-jiji", los cuales se traducen como "Vieja bruja" o "Viejo excéntrico", respectivamente.
Inuyasha es ofendido cuando alguien lo llama un "Sucio perro mestizo", "Cachorro", "Híbrido", o de otro modo, sugiere que él es inferior a los yōkai, debido a su linaje humano. Aunque Inuyasha debe ser más débil que demonios completos ya que él es un hanyō, él tiende a quedarse con la victoria en grandes peleas debido al hecho de que él blande la Tessaiga, como herencia de un dai-yōkai (gran demonio), de esta manera permitiéndole tomar una forma humana como Sesshōmaru, Naraku y Koga dándole un gran nivel de poder.
Siendo un hanyō, Inuyasha pierde sus poderes demoniacos periódicamente y se convierte en un chico humano normal con cabello negro. Para él, este "momento de debilidad" ocurre durante la primera noche de una luna nueva. Sus miembros de equipo intentan hacer lo mejor que puedan para protegerlo durante en ese momento, y guardar este secreto de vulnerabilidad para los demás. A pesar de sus esfuerzos, sin embargo, algunos de los adversarios de Inuyasha, incluyendo a Kagura, descubren esta debilidad. Sin embargo, Kagura no la usa contra él.
La otra desventaja existente en Inuyasha se hace conocer más adelante en la serie en el final de la tercera temporada, el padre de Inuyasha forjó "El Colmillo de Acero" específicamente para Inuyasha y luego se conoce que si Inuyasha no posee "El Colmillo de Acero" en un combate o lo perdía a manos de un enemigo, se revelaban los poderes de parte de su padre. Al transformarse en demonio completo Inuyasha perdía completamente la consciencia y se vuelve en una bestia sanguinaria sin tenerle piedad a nadie, con el único deseo de matar y ver sangre,durante esta transformacion se ven algunos cambios fisicos los cuales son unas marcas moradas posicionadas de forma horizontal sobre sus mejillas, sus globos oculares se vuelven completamente rojos y se puede ver su iris de color azul y tambien sus garras y colmillos crecen para poder defenderse.
Como Inuyasha es Hanyō, estos poderes están incompletos y no piensa con determinación y no puede analizar una batalla hasta el grado de estar gravemente herido y seguir luchando. En el episodio donde se revela esto, Inuyasha es atacado por una extensión de Naraku, Goshinki, Quien con sus duros colmillos de ogro rompe a Tessaiga. Inuyasha y sus amigos se encontraban a punto de ser devorados por el monstruo pero Inuyasha se transforma en un Demonio completo, destruyendo a Goshinki sin ninguna dificultad.